250 años de la Negra Matea, la Primera Maestra de Simón Bolívar, un símbolo de unidad de África y Nuestra América

Autor: Reinaldo Bolívar

Una de las mujeres más influyentes en la formación del LIbertador de América, junto a María Concepción Palacios e Hipólita Bolívar. El 08 de marzo de 2017 su memoria histórica fue elevada al Pantéon Nacional junto a su compañera la Negra Hipólita.

El 21 de septiembre de 1773, en el Hato El Totumo, extensas tierras propiedad de la familia Bolívar-Palacios, en la población de San José de Tiznados, pueblo ribereño del río Tiznados nació Matea, hija de africanos o descendientes de ellos.. El nombre de su madre y padre se desconocen, pero el de un posible abuelo si consta en la lista de bienes de la familia, se llamaba Nicolás Ponte. 

Llegó a la vida de Simón y sus hermanos a los 9 años. Por sus habilidades físicas y por su extraordinaria capacidad para contar historias fantásticas –como la de Tío Tigre y Tío Conejo–que escuchaba de sus mayores, la llevaron para que ayudando en los quehaceres a la joven Hipólita, fuese fuente de aprendizaje para los niños Bolívar, en especial del tercero de los Simón Bolívar, dado que su padre lo había llamado así para honrar a Simón Bolívar el viejo y a Simón Bolívar el Mozo.


Le tocó a Matea enseñar sus primeros pasos y palabras a Simón Bolívar el Libertador. La historia le da a la ligera el título de “Niñera”, de “Aya”, cuando en honor a la verdad fue la primera maestra, esa que en el preescolar se ocupa de la  motricidad y de enseñar a hablar a través de cantos, poemas, cuentos. Ella lo hacía a tiempo completo.

“¿Dónde están Hipólita que me dio de comer y Matea que me enseñó mis primeros pasos?”, señala la tradición oral que preguntó el Libertador en su última visita a Caracas en 1827.

Estuvo presente en los momentos felices de SImón como la muerte de Juan VIcente Bolívar, dejando a su niños y niñas huerfanos y María Concepción llevando las riendas de una familia de infantes en una época de gran discriminación contra la mujer: Le tocó a Matea junto a Hipolita consolar, en el silencio solidario a un Simón de 9 añitos que pierde a su joven madre en tan crucial momento de la vida. Disfrutaron de verlo feliz en el matrimonio con María Teresa, y  con él lloraron la tristeza de la pérdida mortal de la inolvidable mujer.

La historia la ubica como testigo del sacrificio de Ricaurte en San Mateo en 1814. Ella, también, siguiendo como fiel patriota las instrucciones del ya Jefe de los Ejércitos Simón Bolívar, salió al exilio como protectora de María Antonia Bolívar. Después de pasar casi tres años en Curazao, continúa con los Clemente-Bolívar hasta La Habana, Cuba, de donde regresó con ellos en 1820 a Venezuela. 

Su vida transcurre al lado de María Antonia y sus hijos, quienes le profesan un amor casi maternal a sabiendas de la estrecha relación que mantuvo con Simón y con la propia María Antonia. Matea estaba muy al tanto de los esfuerzos de esta última para, después de 1830, traer los restos mortales del Libertador a Caracas para cumplir con la voluntad del héroe universal.

Aparece en la escena pública nacional en 1842, aún adolorida por la muerte de su amada María Antonia, para ser testigo de las grandes pompas fúnebres que ofreció el gobierno venezolano de José Antonio Páez al Padre de la Patria. Tenía 69 años, lucía fuerte, haciendo honor a su condición africana.

Muchos escritores, cronistas e historiadores se acercaron a ella para escuchar de labios de una protagonista y testigos la historia viva de la Venezuela heroica. En 1876,  con 103 años, y para el asombro de la colectividad caraqueña, pisa por primera vez el recién inaugurado Panteón Nacional de Venezuela, para rendir honor a su niño, a su pupilo Simón, en el nuevo Altar de la Patria.

Pasó sus últimas décadas con los Camacho-Clemente quienes la consentían y facilitaban la correspondencia con una de sus primas, Bárbara Bolívar. Su última dirección fue la parroquia Catedral, Casa Nº 67, Con ella vivía Gabriel Camacho, sobrino nieto del Libertador.


“Aquí vive Matea Bolívar”, dijo el vecino Juan Pérez Soto, amigo del periodista colombiano Manuel Briceño y del dibujante Alberto Urdaneta, quienes inmortalizaron la figura de la ancianita con pañoleta.


Antonia Esteller Camacho Clemente Bolívar, primera maestra normalista de Venezuela, sobrina bisnieta del Libertador, misma que participó vivamente en el Centenario del Natalicio de Bolívar, escribió un breve relato sobre la famosa aya, la maestra de los niños Bolívar-Palacios.

Matea Bolívar no tuvo hijos. Se conoce su acta de defunción que da fe que fue enterrada en 1886 con honores, decretado por el Presidente Joaquín Crespo. Murió en la casa de los descendientes directos de María Antonia Bolívar, los mejores testigos presenciales de quién fue aquella venerable anciana

El 08 de marzo de 2017, su memoria histórica fue elevada al Panteón Nacional, junto con su inseparable amiga Hipólita, en el mismo espacio del glorioso hombre que vieron crecer.

El 21 de febrero de 2022, en un hermoso acto en San José de Tiznados se develo la escultura de Bolívar Niño y Matea Adolescente, donada por la República de Sudáfrica, simbolizando la unidad de dos continentes: La africana con Matea y Nuestra América Abya Yala con Simón.

Honrar a Matea es honrar a Bolívar

Gaspar Yanga, el primer libertador de México

Gaspar Yanga, el primer libertador de América (titulo original)

Gaspar Yanga fue un esclavo de origen africano, que se considera uno de los primeros libertadores de América, pues según cuenta la historia logró revelarse contra el yugo español en la época de la Colonia.

Yanga o Nyanga era un supuesto miembro de la familia real de Gabón, un príncipe, que escapó de su amo y luchó contra la Corona, refugiándose con un grupo de esclavos en una tierra que después llamaría San Lorenzo de los Negros, ahora el municipio de Yanga, Veracruz.

La historia de Gaspar Yanga

Durante la época de la Colonia y con las primeras plantaciones de azúcar llegaron los esclavos, la gran mayoría venía de África.

Los grupos de africanos se adaptaban fácilmente al clima tropical, pero recibían un trato inhumano además de ser sometidos a largas horas de trabajo, lo que ocasionó que poco a poco surgieran grupos de inconformes.

Yanga había sido capturado en la región de Brang, lugar que alguna vez perteneció al Imperio de Ghana, el joven príncipe fue llevado a Cabo Verde y desde ahí partiría a Veracruz.

En 1579 Yanga llegó a la Villa Rica de la Veracruz y encadenado fue conducido a las fincas azucareras y de alcohol, muy cerca del sitio que ahora lleva su nombre.

Poco a poco Yanga fue haciendo amigos y promoviendo una rebelión que iniciaría en 1537, justo el momento cuando la Corona inició la cacería de africanos.

Nyanga huyó de su amo en 1570 y se refugió muy cerca de lo que ahora es la ciudad de Córdoba, junto con un grupo de cimarrones (esclavos que vivían en la selva como fugitivos).

El grupo de cimarrones fue creciendo, liderado por Yanga, y al pasar de los años reunía más africanos que buscaban su libertad.

No se tiene un conocimiento pleno sobre el desarrollo de su movimiento, pero en 1609 el grupo ya superaba los quinientos hombres.

La rebelión de Yanga

Durante el gobierno del virrey Luis de Velasco, Yanga y su grupo de cimarrones, indígenas, prófugos de la justicia y algunos españoles vivían de cultivar la tierra, de los asaltos a las haciendas de Córdoba y Orizaba y de los cargamentos que iban y veían de la Ciudad de México a Veracruz y viceversa.

Para 1609 se decía que los cimarrones querían derrocar a las autoridades virreinales y nombrar a Yanga como rey. La rebelión negra había empezado.

El rumor hizo que los españoles se alarmaran y enviaron una expedición desde la ciudad de Puebla para asaltar el palenque de Yanga, cosa que causó poco efecto por lo que tuvieron que quemar, tiempo después, las 60 casas de su comunidad y arrasar con las plantaciones.

Nada funcionó, y tras largos años de negociaciones fallidas y fracasos de operaciones militares, se llegó al acuerdo de paz con la comunidad de Yanga.

Para en 1618 el virrey Rodrigo Pacheco y Osorio reconoció la libertad de la comunidad de Gaspar y fue nombrada como San Lorenzo de los Negros.

El virrey recibió entonces un texto que solicitaba para abandonar la lucha que se les ofreciera a todos los cimarrones la amnistía, la libertad total, el derecho de crear para sí una villa, tierras para criar a sus hijos en paz y un espacio en que no debía intervenir ningún español. El gobierno del pueblo quedaba en manos de Yanga y luego en manos de sus descendientes.

Por otro lado, la comunidad de Yanga se comprometía a ayudar a las autoridades a capturar a los esclavos que seguían huyendo de sus amos. La Corona aceptó.

El 3 de octubre de 1631 se reconoció como pueblo libre a San Lorenzo de los Negros ahora Yanga, en donde los esclavos vivieron con derechos similares a lo de los españoles y en libertad.

El 5 de noviembre de 1932 se estableció que el municipio y la cabecera se denominaran Yanga y el 22 de noviembre de 1956 el lugar pasó de ser una villa al pueblo de Yanga.

Yanga quedó en el olvido y por años no se le mencionó, pero en la década de 197o en su pueblo se mandó a levantar una estatua en donde se puede leer lo siguiente: “Yanga, negro africano, precursor de la libertad de los negros y fundó este pueblo”.

Además, hoy en día existe un proyecto para que Gaspar Yanga regrese a la memoria y que este personaje llegue a los libros de texto de la historia básica.

Fuente: México Desconocido: https://www.mexicodesconocido.com.mx

El culto a la Virgen María, exitosa estrategia de transculturación

Por Reinaldo Bolívar
*1519 años pasaron para que la Virgen María fuera vista por primera vez en Abya Yala
*María solo se apareció ante los indígenas, cuando ya quedaban muy pocos
*La Virgen de Coromoto fue una aparicón, la Chinita una pintura milagrosa, la Del Valle, la Pastora, La Chinita y otras  vinieron en barco
*Santos y advocaciones a la Virgen María se impusieron en la antroponimia y toponimia continental 

El culto a María Madre de Dios (hiperdulía), comenzó en el Siglo II en Roma. La invasión europea al Abya Yala inició en 1492. El primer símbolo católico  en entrar al continente fue la cruz, y el nombre de San Salvador (dado a una isla). La nave de Colón se llamaba Santa María, pero no llevaba en sus equipajes estampas de la madre de Jesús. Primero que la Virgen María  llegaron en barcos, las figuras de los santos (dulía), venerados por los jefes españoles. Entre los primeros estuvo Santiago Apóstol, cuyo  nombre bautizó a varias ciudades de Europa y estas tierras. En las capitulaciones de Santa Fe, entre Colón y los reyes católicos, quedó muy claro el asunto de la toponimia: nombraban o renombraban los sitios en honor al catolicismo o se lo hacía en homenaje a la realeza.

La primera imagen de María  la trajeron a México en 1519 en el barco del invasor Hernán Cortés. Fue la de “Nuestra Señora de los Remedios”. Su misión  era reforzar la “cristianización” de los mayas. Luego, las imágenes de la virgen María continuaron arribando en naves náuticas a otras poblaciones del continente, las cuales fueron mentadas como “La Asunción”, “Nuestra Señora de…”, “Santa María”…
Las apariciones fueron un recurso muy usual registrado en la Biblia, tanto en el antiguo como en el nuevo testamento. El propio Dios o sus ángeles realizaban estos milagros, por lo general en sueños, para comunicar mensajes trascendentales a su pueblo o profetas,  pero principalmente para hacer saber que “hay un solo Dios”, y quienes no lo reconozcan son idólatras.

De acuerdo con los cronistas católicos, la primera “aparición” en vivo de María Santísima, sin barco mediante, sucedió, también, en México en 1531 a un joven maya apodado Diego (nombre de un hijo de Colón). Desde entonces la virgen  María siempre se apareció a indígenas —nunca a los africanos esclavizados,  por quienes no abogó ni Bartolome de Las Casas ni ningún Papa.
Con aquella estrategia la Iglesia católica  consiguió que cada pueblo, caserío e institución, por más pequeña que fuera, tuviera su santo o santa patrona para venerar,  lo cual además funcionaba  para que los padres y esclavistas pusieran nombres (antropónimos) “de pila” a su prole y esclavizados “indios” o “negros”. El apellido muchas veces era el del padre o “amo”, pero el nombre era el del santo, santa, o familia real.
En una segunda fase,  la iglesia impone que cada lugar, y hasta nación, adopte una advocación de  la Virgen María como patrona. Para ello fueron muy propicias las apariciones, que luego de la Guadalupe se multiplicaron por todo el continente. La difusión de los milagros de la Virgen María, en su respectiva advocación se convirtieron en el motor del crecimiento del culto.

En Venezuela, el catolicismo documenta que la Virgen María se le apareció a un cacique de nombre Coromoto para aconsejarle ir con los blancos a bautizarse. Coromoto, según el relato se negó a ser bautizado, a pesar de las sucesivas apariciones de María, hasta que fue mordido por una serpiente venenosa (en alusión a Adam y Eva). En su agonía, el cacique rogó por el sacramento de iniciación.  Así se salvó de morir en alma y cuerpo y se convirtió en apóstol cristiano. Para su “gloria”,  al menos le dio su nombre de cacique a la advocación de la virgen nacional. Oportuno es acotar que para la fecha de esa aparición, los grupos indígenas, ya muy diezmados por el genocidio español,  ofrecían férrea resistencia a la invasión, con ataques sorpresas a las misiones católicas. La aparición de  María llamaba a los pocos Caribes que aún quedaban, a la aceptación de la fe y la paz cristiana.

En otros lugares como Margarita, y Barquisimeto,  la imagen de María llegó, como al principio de la invasión, en barco.
La madre de Jesús, era la figura tierna, de temple, mediadora y femenina que vino a equilibrar la balanza afectiva en un continente donde la presencia materna era y es esencial.  No importaba que la mujer no tuviera poder político ni religioso, María era superior a todo ello, por ser la madre de Dios y estar por encima de todos sus santos.
Tal como lo reconoció  la iglesia en 1979, la serena  y artística imagen de  María Madre de Dios ha sido fundamental en la evangelización del continente. En su nombre se construyeron  grandes edificaciones católicas  sobre las ruinas de testimoniales templos indígenas, como parte material de la transculturación, que convirtió a cada «patrona celestial» en componente de la identidad cultural de los pueblos  surgidos de la invasión europea

Simón Bolívar y su lucha contra la esclavitud (escritos)

La vocación libertaria de Simón Bolívar, su posición moral, legal y constitucional fue una constante en su conducta. He aquí algunos testimonios contenidos en sus escritos:

Manifiesto de Carupano 1814
Yo he sido elegido por la suerte de las armas para quebrantar vuestras cadenas, como también he sido, digámoslo así, el instrumento de que se ha valido la Providencia para colmar la medida de vuestras aflicciones. Sí, yo os he traído la paz y la libertad, pero en pos de estos inestimables bienes han venido conmigo la guerra y la esclavitud.

Carta de Jamaica de 1815
Nosotros estábamos en un grado todavía más abajo de la servidumbre, y por lo mismo con más dificultad para elevarnos al goce de la libertad. Permítame Vd. estas consideraciones para aclarar la cuestión. Los Estados son esclavos por la naturaleza de su constitución o por el abuso de ella. Luego un pueblo es esclavo cuando el Gobierno, por su esencia o por sus vicios, holla y usurpa los derechos del ciudadano o súbdito. Aplicando estos principios, hallaremos que la América no solo estaba privada de su libertad sino también de la tiranía activa y dominante.


Decreto de Abolición de la Esclavitud, 2 de junio de 1816
A los habitantes de Río Caribe, Carúpano y Cariaco. Salud.
Considerando que la justicia, la política, y la Patria reclaman imperiosamente los derechos imprescindibles de la naturaleza, he venido en decretar, como decreto, la libertad absoluta de los esclavos que han gemido bajo el yugo español en los tres siglos pasados.
Considerando que la República necesita de los servicios de todos sus hijos, tenemos que imponer a los nuevos ciudadanos las condiciones siguientes:
Artículo primero. Todo hombre robusto, desde la edad de catorce hasta los sesenta años, se presentará en la parroquia de su distrito a alistarse en las banderas de Venezuela, veinte y cuatro horas después de publicado el presente decreto.
Artículo segundo. Los ancianos, las mujeres, los niños y los inválidos, quedarán eximidos desde ahora para siempre del servicio militar; como igualmente del servicio doméstico y campestre en que estaban antes empleados a beneficio de sus señores.
Artículo tercero. El nuevo ciudadano que rehúse tomar las armas para cumplir con el sagrado deber de defender su libertad,  quedará sujeto a la servidumbre, no solo él, sino también sus hijos menores de catorce años, su mujer, y sus padres ancianos.
Artículo cuarto. Los parientes de los militares empleados en el ejército libertador gozarán de los derechos de ciudadanos y de la libertad absoluta que les concede este decreto a nombre de la República de Venezuela. El presente reglamento tendrá fuerza de ley y será fielmente cumplido por las autoridades republicanas de Río Caribe, Carúpano y Cariaco.
Dado en el Cuartel General de Carúpano, a 2 de junio de 1816. Bolívar.

Sobre Pétion y Haití, 1818
Al señor Presidente de la República de Haití, Juan Pedro Boyer Señor presidente:
He sabido con el mayor sentimiento la muerte del presidente Pétion: su patriotismo, su generosidad y las demás virtudes que lo caracterizaban, han excitado mi veneración y la de todos mis compatriotas; esa veneración será tan inmortal como el nombre de Pétion. La amistad y el desinterés con que el pueblo y las autoridades de la República de Haití le dieron hospitalidad a los emigrados de tierra firme, nos llenaron del más vivo reconocimiento; y yo particularmente hice votos por su prosperidad y por la conservación de la vida del digno jefe que lo gobernaba. Esta catástrofe, burlando mis fervientes deseos, arrebata a Haití uno de sus más bravos defensores y le priva de uno de sus más dignos ciudadanos.


Yo imploro la libertad absoluta de los esclavos (Angostura, 15 de febrero de 1819)
Yo no os hablaría de los actos más notables de mi mando, si estos no incumbiesen a la mayoría de los Venezolanos. Se trata, Señor, de las resoluciones más importante de este último período. La atroz e impía esclavitud cubría con su negro manto la tierra de Venezuela, y nuestro Cielo se hallaba recargado de tempestuosas Nubes que amenazaban un diluvio de fuego. Yo imploré la protección del Dios de la humanidad, y luego la redención disipó las tempestades.

La  esclavitud rompió sus grillos, y Venezuela se ha visto rodeada de nuevos hijos, de hijos agradecidos que han convertido los instrumentos de su cautiverio en armas de Libertad. Sí, los que antes eran Esclavos, ya son libres: los que antes eran enemigos de una madrastra, ya son defensores de una patria. Encareceros la Justicia, la necesidad, y la beneficencia de esta medida, es superfluo cuando vosotros sabéis la historia de los Ilotas, de Espartaco, y de Haití; cuando vosotros sabéis que no se puede ser Libre y Esclavo a la vez, sino violando a la vez las Leyes naturales, las Leyes políticas, y las Leyes civiles. Yo abandono a vuestra soberana decisión la reforma o la revocación de todos mis Estatutos y Decretos; pero yo imploro la confirmación de la Libertad absoluta de los Esclavos, como imploraría mi vida y la vida de la República


San Mateo (1821). Bolívar da la libertad a los siguientes esclavizados
María Jacinta Bolívar
José de la Luz Bolívar
María Bartola Bolívar
Francisca Bárbara Bolívar
Juan de la Rosa Bolívar
Nicolasa Bolívar

Cúcuta, 10 de mayo de 1820
Cada vez me confirmo más en la utilidad de sacar esclavos para el servicio; el primero que los llama es su Libertador. Me parece una locura que en una revolución de libertad se pretenda mantener la esclavitud”.

Cúcuta 30 de mayo de 1820
“Lo de los esclavos, si andan alborotando al avispero, resultará lo que en Haití: la avaricia de los colonos hizo la revolución, porque la República francesa decretó la libertad, y ellos la rehusaron, y a fuerza de resistencia y de oposiciones irritaron los partidos naturalmente enemigos. El impulso de esta revolución está dado, ya nadie lo puede contener y lo más que se podrá conseguir es darle buena dirección. El ejemplo de la libertad es seductor, y el de la libertad doméstica es imperioso y arrebatador. Yo creo que sería muy útil ilustrar la opinión de esos hombres alucinados por su propio interés y a quienes su verdadero interés debe desengañar. Ciertamente, el oro y la plata son objetos preciosos; pero la existencia de la República y la vida de los ciudadanos son más preciosos aún. Creo que se debe escribir tanto a los jefes como a los magnates lo que conviene que sepan, para recomendarles lo que afectan ignorar. Todo esto lo he dicho por la carta de Cansino. Nuestro partido está tomado, retrogradar es debilidad y ruina para todos. Debemos triunfar por el camino de la revolución y no por otro. Los españoles no matarán los esclavos, pero matarán los amos y entonces se perderá todo (…)”

Valencia, 14 de julio de 1821
La sabiduría del Congreso General de Colombia está perfectamente de acuerdo con las leyes existentes en favor de la manumisión de los esclavos; pero ella pudo haber extendido el imperio de su beneficencia sobre los futuros colombianos que, recibidos en una cuna cruel y salvaje, llegan a la vida para someter su cerviz al yugo. Los hijos de los esclavos que en adelante hayan de nacer en Colombia deben ser libres, porque estos seres no pertenecen más que a Dios y a sus padres, y ni Dios, ni sus padres los quieren infelices. El Congreso General, autorizado por sus propias leyes, y aun más, por las de la naturaleza, puede decretar la libertad absoluta de todos los colombianos al acto de nacer en el territorio de la República. De este modo se concilian los derechos posesivos, los derechos políticos, y los derechos naturales

Constitución de la República de Bolivia (1826)
Artículo 10, Ordinal 5:
“Todos los que hasta el día han sido esclavos, y por lo mismo quedarán, de hecho, libres en el acto de publicarse esta Constitución. Por una ley especial se determinará la indemnización que se debe hacer a sus antiguo (sic) dueños” (lla)”.

Selección de textos: Reinaldo Bolívar

La esclavitud indígena en América

Familia de esclavos, en Bernardino de Sahagún, Historia General de las Cosas dela Nueva España. Siglo XVI

Por Andrés Reséndez (México)

La esclavización de indígenas en el continente americano se remonta al pasado remoto. Sabemos que zapotecas, mayas, aztecas y muchos otros grupos capturaban prisioneros para sacrificarlos y tenían esclavos.  Con el arribo de los europeos después de 1492, estas prácticas—que hasta entonces se había dado en estos contextos culturales específicos—se comercializaron y expandieron por todo el continente.

Los primeros exploradores europeos en el Nuevo Mundo iniciaron este proceso de transformación de las prácticas esclavistas precolombinas. De hecho, la primera actividad comercial de Cristóbal Colón consistió en enviar a Europa cuatro carabelas con una remesa de 550 esclavos indígenas para subastarlos en los mercados del Mediterráneo (donde uno podía encontrar esclavos guanches, africanos, del medio oriente, y de otras regiones de Asia).  Muchos otros siguieron los pasos del Almirante de la Mar Océano. Ingleses, franceses, holandeses y portugueses jugaron un papel fundamental en la trata de esclavos indígenas en varias partes del continente americano. Sin embargo, en virtud de sus amplias y densamente pobladas colonias, Castilla se convirtió en el poder esclavista dominante. Castilla fue para la trata de esclavos indígenas lo que Portugal e Inglaterra fueron para los esclavos africanos.

Irónicamente, Castilla fue también el primer poder imperial que discutió y reconoció los derechos fundamentales de los indígenas cuando a inicios del siglo XVI prohibió la esclavitud de los indígenas salvo en casos extraordinarios, y después de 1542, con la promulgación de las llamadas Leyes Nuevas, sin excepción alguna. A diferencia de la esclavitud africana que fue legal durante siglos, la esclavitud de indios existió contra la ley. Sin embargo, esta prohibición categórica a partir de 1542 no detuvo a generaciones de conquistadores y colonos, cuyas actividades económicas dependían de la mano de obra forzada indígena, y acabaron esclavizando a pueblos nativos desde Alaska y Canadá hasta Patagonia, y desde las Islas Canarias hasta las Filipinas; y el hecho de que esta otra esclavitud se realizara clandestinamente la hizo aún más artera. Es una historia de buenas intenciones que acabó muy mal.

¿Cuántos esclavos indígenas pudo haber en América desde la llegada de Colón? La historia tradicional tiende a considerar al fenómeno de la esclavitud de indios como algo más bien marginal. Incluso si en los primeros años de la conquista esta práctica hubiese florecido, ésta debió decaer profundamente una vez que los esclavos africanos y los trabajadores asalariados estuvieron disponibles en cantidades suficientes. La interpretación más tradicional es que la verdadera historia de la explotación en el Nuevo Mundo giró en torno de los 12.5 millones de africanos traídos del otro lado del Atlántico.  La evidencia acumulada y las numerosísimas investigaciones al respecto nos dejan un panorama muy claro. 

La esclavitud de indios es algo mucho más nebuloso.  Ya que tal práctica estaba terminantemente prohibida, las víctimas de este sistema laboraban—literalmente—en rincones oscuros y a puerta cerrada, todo lo cual nos da la impresión de que fueron mucho menos de los que en realidad hubo. Como los esclavos indígenas no tenían que cruzar el Atlántico, no aparecen en las listas de los barcos ni en registros portuarios. No obstante, pese a la naturaleza clandestina e invisible de la esclavitud de indígenas y a la imposibilidad de contarlos con exactitud, poseemos abundantes rastros documentales. Historiadores que han investigado todas las regiones del Nuevo Mundo han encontrado evidencia del tráfico de indígenas en procedimientos judiciales, reportes gubernamentales y en menciones casuales sobre redadas y capturas de indígenas en cartas y diversos documentos. Considerados de manera aislada, un par de cientos de indígenas tomados como esclavos por aquí y por allá no parecen sumar mucho, pero una vez que tomamos en cuenta el alcance geográfico de este tráfico y el periodo cronológico completo en que esto ocurrió, el número de esclavos indígenas es notable. Si sumáramos todos los esclavos indígenas del Nuevo Mundo desde la llegada de Colón hasta finales del siglo XIX, la cifra puede rondar entre los 2.5 y 5 millones de esclavos.

Más allá de las cifras, hay que tener presente las características únicas de la esclavitud de indios. Por ejemplo, a diferencia de los esclavos africanos que fueron en su mayoría varones adultos, los esclavos indígenas consistieron de mujeres y niños en gran proporción.  Los precios que se pagaron por distintos grupos nos dan algunos indicios.  En regiones tan diversas como el sur de Chile, el norte de México, y el Caribe, los dueños de indios estaban dispuestos a pagar hasta un cincuenta o un sesenta por ciento más por las mujeres y los niños que por los varones adultos. ¿Cómo podemos explicar estas diferencias de precio tan marcadas? Desde luego que la explotación sexual y las habilidades reproductivas de las mujeres son parte de la respuesta. En este sentido, la esclavitud indígena es un claro antecedente del tráfico sexual que ocurre hoy. Pero también había otras razones. En las sociedades nómadas, los hombres se dedicaban a actividades menos útiles para los colonizadores europeos, como la pesca y la caza, que las de las mujeres, cuyos roles tradicionales incluían tejer, la recolección de comida y el cuidado de los niños. Algunas fuentes también revelan que las mujeres eran preferidas para el servicio doméstico ya que se les consideraba más dóciles y menos peligrosas que los hombres. Y así como los amos querían mujeres, también preferían a los niños. Los niños eran más adaptables que los adultos, aprendían idiomas con más facilidad, y con el paso del tiempo hasta podían llegar a identificarse con sus captores. En efecto, uno de los aspectos más sorprendentes de esta forma de servidumbre es que los esclavos indígenas podían, eventualmente, llegar a formar parte de la sociedad dominante. A diferencia de la esclavitud africana, una institución legal heredada de generación en generación, los esclavos indígenas podían convertirse en sirvientes y, con algo de suerte, adquirir un poco de independencia y alcanzar un nivel más alto dentro de la sociedad en el transcurso de una sola generación.

Otro hecho interesante sobre el tráfico de indios tiene que ver con la participación de los indígenas mismos. Como vimos, antes de la llegada de los europeos, los indígenas practicaban varias formas de cautiverio y esclavitud. Al arribo de los europeos, ellos comenzaron ofrecer con naturalidad cautivos a los recién llegados. Al principio, los indígenas tenían roles subordinados dentro de las nuevas redes regionales de esclavitud, donde fungían como guías, informantes, intermediarios, guardias y en ocasiones hasta socios menores, por lo general dependientes de los mercados de esclavos creados y controlados por europeos. Éstos últimos tenían gran ventaja pues contaban con una tecnología bélica más desarrollada—específicamente los caballos y las armas de fuego—lo que les permitía someter a los pueblos indígenas sin grandes dificultades. Sin embargo, lo que comenzó como un negocio controlado por europeos, al paso del tiempo pasó a manos de los propios indígenas. A medida que ellos comenzaron a adquirir caballos y armas, se convirtieron en proveedores independientes de esclavos. Poderosas sociedades ecuestres llegaron a dominar la mayoría de las rutas del tráfico en los siglos XVIII y XIX. Por ejemplo, en el norte de México y lo que ahora es el suroeste de los Estados Unidos, los pueblos comanches y yutas llegaron a ser proveedores regionales de esclavos, abasteciendo a otros pueblos indígenas, así como a españoles, ingleses, franceses, y más tarde a mexicanos y estadounidenses. Los apaches, quienes en un principio habían sido de las víctimas más afectadas por la esclavitud, se volvieron exitosos esclavistas. En tiempos de la colonia, los apaches habían sido cazados, encadenados y enviados a las minas de plata de Chihuahua. Pero cuando el poder español comenzó a desmoronarse en la segunda década del siglo XIX y la economía minera comenzó a decaer, los apaches encararon a sus antiguos amos. Atacaron a comunidades mexicanas, tomaron cautivos y los vendieron en Estados Unidos.

Tan persistente y extensa fue la esclavitud indígena que terminar con ella resultó casi imposible. La Corona española prohibió cualquier forma de esclavitud indígena en 1542, pero el tráfico se mantuvo. Más de un siglo después, la monarquía española lanzó una campaña dentro de todo su imperio para liberar a todos los esclavos indígenas. Pero esta precoz cruzada abolicionista de fines del siglo XVII no fue suficiente para llegar a esa meta que resultaba cada vez más inalcanzable. Durante el proceso de independencia a principios del siglo XIX, México prohibió toda forma de esclavitud y extendió la ciudadanía a los indígenas que vivían en el territorio nacional. Pero aun así la esclavitud persistió. Uno de los aspectos más relevantes de esta otra esclavitud es que, al nunca ser reconocida legalmente, tampoco se le derogó formalmente, como sí se hizo con la esclavitud africana. Después de la Guerra de Secesión de Estados Unidos, el Congreso de ese país promulgó la Decimotercera Enmienda a la Constitución, que prohíbe la “esclavitud” y “servidumbre involuntaria.” Aunque la inclusión de este último término abría la posibilidad de liberar a todos los indígenas sometidos, la Corte Suprema de Estados Unidos optó por una interpretación muy restringida de las Decimotercera y Decimocuarta Enmiendas que terminaron haciendo referencia exclusivamente a los afroamericanos y en lo general excluyó a los indígenas. La esclavitud de indios continuó hasta finales del siglo XIX y en algunas áreas remotas hasta bien entrado el siglo XX. Disfrazado como peonaje obligatorio por deudas, que extendía los límites del trabajo aceptado e incluso se hacía pasar por trabajo legal, esta otra esclavitud fue el antecedente directo de las formas de esclavitud que aún se practican hoy.

Autor:

Andrés Reséndez, La esclavitud indígena, México, Noticonquista, http://www.noticonquista.unam.mx/amoxtli/1245/1213.

Día Mundial de África

Se celebra cada 25 de mayo

Origen del Día de África

El origen de esta celebración tiene sus bases desde que se realizó por primera vez el Congreso de los Estados Africanos en el año 1958. Allí se congregaron representantes de varios países. En esa cita se mostró la firme determinación de estos pueblos por liberarse de la colonización extranjera.

En esta Conferencia se propuso la celebración de un Día de la Libertad Africana y, a partir de ese momento, se continuaron efectuando los encuentros entre los distintos jefes de estado del Continente Africano, donde nace la llamada Organización para la Unidad Africana el 25 de mayo de 1963 y que posteriormente se cambiaría a Día Mundial de África.

En las últimas décadas, el continente africano ha sido merecedor de grandes avances, sobre todo, en el sector económico. De acuerdo a las últimas cifras, se ha podido comprobar que se ha producido un desarrollo significativo, que ha permitido, que las mujeres tengan un papel participativo en la economía, que le ha abierto las puertas y estar incluidas en el ámbito y desarrollo empresarial.

Otro logro significativo para los países de este continente, ha tenido que ver con la descolonización. Esto ha sido en gran parte, gracias a la Organización de Naciones Unidas, la cual ha sumado esfuerzos para que esto se transformara en una realidad. Hoy se puede decir, que África ha logrado su independencia del colonialismo.

Por otro lado, el rol de la mujer, se ha reivindicado en un gran número de países africanos. Con el paso de los años han comenzado a ocupar cargos importantes en la política, la economía, la cultura y la ciencia, lo que ha significado una mayor igualdad de género.

Películas para conocer un poco más de África

Grandes producciones cinematográficas han utilizado los espectaculares escenarios y países de África y de esta manera dar a conocer la belleza, cultura, tradiciones costumbres, pero también las tragedias y guerras de este inhóspito y misterioso lugar del mundo. A continuación te dejamos una breve descripción de las más emblemáticas:

Memorias de África (1985)

Un film de gran éxito taquillero. En ella se relata la historia del libro «Memorias de África», escrito por Karen Blixen. Una escritora que pasa cuatro años de su vida en Kenia, donde encuentra el amor.

Diamantes de Sangre (2006)

En la película, se plasman los conflictos territoriales en la región de Sierra Leona durante 1991, la esclavitud campesina, el drama de la niñez producto de las guerras y que cobró la vida de millones de africanos.

Invictus (2009)

Un film imprescindible, donde se cuenta un acontecimiento ocurrido en Sudáfrica y del cual se escribió un libro titulado «El Factor Humano». Trata hechos reales que se llevaron a cabo en el año 1995 durante la Copa Mundial de Rugby y que tuvo como principal protagonista al presidente Nelson Mandela, quien aprovechó la ocasión para eliminar los problemas raciales utilizando para tal fin, el deporte.

¿Cómo celebrar el Día Mundial de África?

Todos los años, diferentes países del continente africano y de la diáspora realizan eventos y actividades para celebrar el Día Mundial de África.

Te invitamos a que formes parte de esta celebración, aprendiendo más de la cultura africana, y compartiendo algún video o imagen de África en redes sociales o simplemente dando tu opinión sobre este interesante tema agregando la etiqueta #DíamundialdeÁfrica.

Fuente: https://www.diainternacionalde.com/ficha/dia-de-africa

Mujeres, negras y guerreras: la desconocida historia del reino Dahomey de África Occidental

Guerreros de Dahomey, una serie de imágenes de Épinal creadas por el dibujante, ilustrador e impresor francés Jean-Charles Pellerin en Francia en 1870. Pellerin fue el pionero de este estilo de impresión que utiliza colores brillantes para representar un tema popular

POR RACHEL JONES

En el siglo XVII, en el actual Benín, floreció un reino que contaba con la protección de su regimiento militar exclusivamente femenino, que ha inspirado la aclamada película de Viola Davis ‘La mujer rey’.

Llámalo mera coincidencia o un golpe maestro de sincronización enfocada al turismo. A principios de este año, cuando se difundió la noticia de que se había erigido una estatua de 30 metros de altura de la reina Tassi Hangbe en el país africano de Benín, casi se podía oír el leve clic de las calculadoras sumando los ingresos de los futuros viajeros que se animaran a visitarlo después de haber visto la película La mujer rey (que se estrenará en España el próximo 14 de octubre de 2022).

Sin embargo, la historiadora Pamela Toler no puede atribuir la etiqueta de «amazonas» a estas mujeres soldado del Reino de Dahomey en África Occidental.

«Además de ser una referencia decididamente colonial, estás reforzando en cierto modo la idea de que son excepciones, y que ninguna mujer corriente podría ser más grande que la vida», dice. «Es una perspectiva muy europea de estas mujeres increíbles».

Toler, autora del libro Women Warriors: An Unexpected History, dice que es importante conocer la historia completa de este regimiento de guerreras que existió desde finales del siglo XVII hasta principios del siglo XX. De hecho, un examen de sus orígenes y de la sociedad de la que surgieron proporciona una imagen más multidimensional de estas mujeres guerreras y del legado que dejaron.

El surgimiento del reino de Dahomey

Hasta las últimas décadas, la gran mayoría de las representaciones de África en la cultura popular han caracterizado al continente como un medio incivilizado y agrario antes de la llegada de europeos como el explorador portugués Enrique el Navegante en el siglo XV.

Por el contrario, en todo el continente florecieron poderosas civilizaciones antiguas, como la prehistórica Tierra de Punt y los reinos de Axum y Nubia en el noreste de África; los imperios de África occidental de los Ashanti, Malí y los Songhai; y el Reino de Zimbabue.

En África Occidental, Dahomey forjó un legado indeleblemente poderoso. Según la Enciclopedia Británica, el reino estableció un Gobierno bien organizado en el que el rey era considerado semidivino y tenía un control absoluto sobre los asuntos económicos, políticos y sociales. Contaba con el apoyo de un consejo de funcionarios elegidos entre la clase plebeya por su lealtad al rey y su compromiso con el desarrollo de la nación.

Su acceso geográfico al mar y la destreza estratégica de sus dirigentes ayudaron a Dahomey a vencer a otros reinos costeros como Allada y Whyda. Pero la aparición y expansión del comercio transatlántico de esclavos acabó por sellar su dominio. Se calcula que desde la década de 1720 hasta 1852, cuando los británicos impusieron un bloqueo naval, los gobernantes de Dahomey vendieron cientos de miles de personas de tribus y naciones vecinas a los británicos, franceses, portugueses y otros.

Además del comercio de esclavos, Dahomey luchó por adquirir tierras fértiles para la agricultura y por impulsar su comercio de aceite de palma. Los impuestos y derechos recaudados por estas dos actividades ayudaron a Dahomey a construir una imponente presencia militar.

Con el tiempo, las continuas incursiones en las comunidades vecinas redujeron significativamente el número de varones, lo que sentó las bases para que las mujeres asumieran el papel de guardianas y protectoras.

Los orígenes de las guerreras de Dahomey

Un relato sobre sus orígenes sostiene que eran cazadoras de elefantes que sirvieron a las órdenes del rey Houegbadja, tercer rey de Dahomey, entre 1645 y 1685. Conocidas como Gbeto en la lengua Fon, el portal de la UNESCO Las mujeres en la historia de África escribe que «cazaban todo tipo de animales, incluidos los elefantes, el más valioso y difícil de matar».

Los elefantes fueron eliminados casi por completo de la zona a mediados del siglo XIX. Las Gbeto se integraron entonces en el ejército de mujeres soldado. Llevaban blusas marrones y pantalones cortos marrones y azules hasta la rodilla.

Estas luchadoras también eran conocidas con otros nombres en las lenguas fon, como Agojie, Agoji, Mino o Minon. Pero la historia que prevalece sobre el origen de las guerreras de Dahomey es que el grupo se formó a instancias de la reina Hangbe, hija de Houegbadja, que ascendió al poder tras la muerte de su hermano gemelo Akaba en circunstancias misteriosas a principios del siglo XVIII.

El hecho de que Hangbe reuniera un escuadrón de mujeres dispuestas a morir para protegerla a ella y a su reino fue una hazaña impresionante en la sociedad dahomeyana, profundamente patriarcal.

Estas luchadoras no eran concubinas ni siervas obligadas a someterse a los caprichos de cualquier hombre. Y no surgieron de la nada; los historiadores llevan mucho tiempo señalando el protagonismo de las mujeres en algunas sociedades africanas. En el libro Continent of Mothers, Continent of Hope: Understanding and Promoting Development in Africa Today, la autora Torild Skard escribe sobre las guerreras de Dahomey:

«(Eran) famosas por su celo y ferocidad. Las más temibles iban armadas con rifles. También había arqueras, cazadoras y espías. Se ejercitaban regularmente para estar física y mentalmente en forma para el combate. Cantaban: ‘¡Hombres, que los hombres se queden! ¡Que los hombres se queden! Que críen maíz y cultiven palmeras… Vamos a la guerra’. Cuando no estaban en combate, vigilaban los palacios reales de Abomen y cultivaban frutas y verduras. También podían salir y tomar cautivos para venderlos como esclavos».

La realidad detrás de los mitos

Aunque es tentador pensar que las guerreras de Dahomey podían parecerse mucho a las elegantes y feroces combatientes representadas e Black Panther, la historiadora Toler afirma que la realidad es muy distinta.

«En el siglo XIX, los relatos contemporáneos sobre ellas es que sus uniformes eran tan parecidos a los de sus homólogos masculinos, que la gente que luchaba contra ellas no se daba cuenta de que eran mujeres hasta que estaban cerca en el combate cuerpo a cuerpo», dice Toler. «Lo más probable es que llevaran pantalones cortos hasta la rodilla, una túnica y una gorra, y no los trajes casi de baño sexualizados que se ven en las representaciones modernas de las guerreras».

Los relatos de sus hazañas asombraron a muchos exploradores y traficantes de esclavos europeos, y las combatientes de la región contribuyeron a pulir la reputación de Dahomey como fuerza a tener en cuenta.

«Según todos los indicios, eran temibles y excelentes tiradoras», dice Toler. «Eran hábiles en la lucha cuerpo a cuerpo, utilizando armas muy parecidas a los machetes. Y no había absolutamente nadie que les dijera que no debían participar en el combate, o que no tenían la fuerza de la parte superior del cuerpo como se ha oído en la historia europea y norteamericana hasta hace poco.»

Aunque la mayoría de los registros de la guerra dahomea se refieren a batallas con reinos vecinos por el control de ciudades costeras, a finales de la década de 1870 se produjo un cambio después de que el reino aceptara que Francia reclamara la ciudad de Cotonú como protectorado. En 1883, la cercana Porto-Novo, una de las rivales de Dahomey, fue designada de forma similar.

Pero en 1889, un nuevo rey llegó al poder. El rey Behanzin se opuso a la injerencia europea y acabó ordenando incursiones de esclavos y otras hostilidades contra esos protectorados franceses. Esto condujo a la Segunda Guerra Franco-Dahomea, que duró desde 1892 hasta 1894, y que algunos historiadores señalan como el fin de un papel dominante para las mujeres guerreras de Dahomey.

El legado de las guerreras

Los historiadores como Toler están ansiosos por ver si La mujer rey ofrece una descripción más contextual de estas mujeres que eligieron un camino que rechazaba las limitaciones o restricciones de género. Esto es de vital importancia, ya que la imagen de la mujer africana en la escena mundial tiene un largo camino para evolucionar hacia el empoderamiento frente al empobrecimiento.

Es indiscutible que las mujeres han contribuido de forma significativa al desarrollo de las naciones africanas como comerciantes, educadoras, cultivadoras, sacerdotisas, curanderas, etc. Y aunque líderes como Ana Nzinga, reina de Ndongo, la profeta del Congo, Kimpa Vita, también conocida por su nombre cristiano Doña Beatriz, e Idia, reina madre de Benín (junto con heroínas modernas como las ganadoras del Premio Nobel de la Paz Wangaari Maathai y Ellen Johnson Sirleaf) amplían el poder y la proeza de las mujeres africanas, el conservador de arte e historiador Alexander Ives Bortolot resume el desafío que queda por delante:

«No cabe duda de que existieron mujeres importantes y célebres en otros periodos de la historia de África, pero antes de la época de contacto con Europa, simplemente no existen registros escritos de sus nombres y logros. Las narraciones indígenas sobre ellas no han sobrevivido hasta nuestros días o aún no han sido reconocidas y registradas. Sin embargo, a medida que el estudio de la historia africana continúe, seguramente se revelarán las identidades de otras mujeres africanas notables».

Tal vez el aumento de las representaciones de mujeres africanas de la vida real como poderosas y que se definen a sí mismas pueda ayudar a lograr ese objetivo. Cuanta más gente conozca a las guerreras de Dahomey, mejor, dice Toler.

«Demostraron que las mujeres son más fuertes de lo que la sociedad piensa que son, de lo que incluso ellas mismas pueden creer», dice. «Tuvieron la opción de luchar, y fue una opción totalmente adecuada».

Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com

El Cristo Negro de Esquipulas

En el conjunto de América Latina el catolicismo es la religión más arraigada. En cada país latinoamericano hay manifestaciones devotas propias y, en el caso de Guatemala, el Cristo Negro de Esquipulas es la imagen más venerada por el pueblo. Este crucifijo con la representación de Cristo se encuentra en la Basílica de Esquipulas, situada en la ciudad con la misma denominación.

Su origen se remonta a finales del siglo XVl

El origen de la imagen tiene una fecha exacta, el 20 de agosto de 1595. Este dato histórico se conoce porque casi 100 años después fue encontrado el contrato por el cual el responsable del obispado y el creador de la imagen (el escultor portugués Quirio Cataño) acordaron la creación de la nueva pieza escultórica.

Existe cierta controversia sobre el color original de la imagen. Para algunos adquirió el color negro por la exposición al humo de las velas, mientras que otros afirman que es su color originario y que tiene relación con las raíces prehispánicas del pueblo guatemalteco.

La veneración a esta imagen se extiende por el conjunto de Centroamérica. En este sentido, hay que recordar que en varios países existen réplicas del Cristo Negro de Esquipulas (por ejemplo, en la ciudad mexicana de Aguascalientes o en Juayúa en El Salvador). Por otra parte, la comunidad guatemalteca que vive en Estados Unidos también siente devoción por esta imagen sagrada.

Los católicos guatemaltecos creen que Cristo se manifestó en Santiago Esquipulas, la antigua Esquipulas

En la tradición judeocristiana se afirma que Dios se manifestó en algunos lugares, como el Monte Sinaí o el Tabernáculo. Para los creyentes católicos de Centroamérica, la imagen del Cristo Negro simboliza su presencia real en el territorio de Guatemala.

Los fieles le atribuyen numerosos milagros y muy especialmente la sanación de enfermos. Los abundantes testimonios en este sentido explican la profunda devoción de los creyentes. En el lenguaje popular esta imagen es conocida con distintos nombres, como «el moreno» o «el colocho». Sin embargo, su denominación oficial es «el Señor de los Milagros de Esquipulas».

El 15 de enero de cada año se celebra la fiesta patronal del Cristo Negro y miles de creyentes llegan en peregrinación desde todos los rincones de Centroamérica para contemplar la imagen de Cristo. A lo largo de la historia varios papas han reconocido la Basílica de Esquipulas como un lugar santo.

Romería al Cristo Negro de Esquipulas

Cada 15 de enero, desde hace más de 400 años, miles de peregrinos centroamericanos y de los estados sureños de México llegan en romería hasta la Basílica del Cristo Negro en el municipio de Esquipulas, 230 km al este de la capital de Guatemala y fronterizo con Honduras. El crucificado Cristo Negro fue esculpido por el portugués Quirio Cataño y entregada a la comunidad el 9 de marzo de 1595. En 1996, el Papa Juan Pablo II visitó el poblado y lo bautizó como la “capital centroamericana de la fe”, debido a la multitudinaria afluencia de feligreses y turistas. El color del Cristo se atribuye al interés de Cataño por representar la piel de los indígenas chortís que habitan la región, una de las 23 etnias existentes en Guatemala y quienes pagaron el trabajo del escultor, según han explicado autoridades católicas. Como parte de la romería, miles de motociclistas viajan desde Ciudad de Guatemala a Esquipulas en la Caravana del Zorro, una tradición que una familia guatemalteca comenzó en 1961 como culto al Cristo Negro.

El Negro Miguel, Guiomar y el culto a la Diosa aborigen en Yaracuy

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Guiomar

Por  Eloy Marchán

Las minas de Buría, en el estado Yaracuy, es el espacio donde se radica la legendaria historia del Negro Miguel, quien inició un reinado cimarrón alrededor del año 1553.

A fines de 1552 son trasladados de la ciudad de Nueva Segovia de Barquisimeto, Miguel y otros esclavos (africanos y aborígenes) quienes huyeron del trabajo en las minas que llevarían por nombre “Real de Minas de San Felipe de Buría” (cerca de Nirgua, en el actual estado Yaracuy). Dicha localidad fue atacada por los cimarrones, sembrando terror en los españoles y ganando el respeto y admiración de los esclavos.

El Negro Miguel, su origen y sus creencias

Dicen, que el Negro Miguel era conocedor de algunos secretos de hechicería propios de la práctica haitiana, pues fue trasladado desde La Española (Actual República Dominicana y Haití) a nuestro país. Aunque su origen no definido, responde a la procedencia de esclavos en venta por los portugueses: Miguel pudo tener su origen en Angola, Mozambique o El Congo. El Negro Miguel, así como su esposa Guiomar y el llamado obispo del cumbe, traerían sus creencias africanas a nuestras tierras, que bien pudieron mezclarse con el sistema de creencias autóctonos de nuestros aborígenes que compartieron durante la estancia en el margen del río Buría.

El Negro Miguel huyó hasta la Montaña de Sorte, en Yaracuy, junto a su grupo de cimarrones, tiempo después fue asesinado por Diego de Losada en la campaña que comenzó en Sorte y lo llevaría hasta la ciudad de Santiago de León de Caracas.

La reina Guiomar y la Diosa de Sorte

Su esposa la reina Guiomar, de quien se señala como la primera espiritista en trabajar el culto a la Diosa que adoraban los indígenas en la Sagrada Montaña, la cual se conoció posteriormente como la Montaña de la Reina (en alusión a la esposa del Negro Miguel). Guiomar fue una mujer bondadosa que se dedicó a atender al grupo que, junto a Miguel, liderarían la primera gesta preindependentista venezolana.

Guiomar es entonces considerada como la primera sacerdotisa de la Diosa de los indios Jirahara, aglutinando las creencias aborígenes con las traídas por los africanos en un solo conjunto.

Hoy día, existen diversas versiones sobre el origen de la Reina María Lionza, teniendo este relato una implicación afro, sostiene la creencia en que la Diosa venezolana fue la misma Guiomar, es decir, una “Reina Negra”.

La inmortalidad del Negro Miguel

Posteriormente, el Negro Miguel prepara otra emboscada, esta vez a la ciudad de Nueva Segovia de Barquisimeto, la cual fue defendida por Diego García Paredes y Diego Fernández de Serpa, junto a un refuerzo que llegó de la ciudad de El Tocuyo, dirigido por Diego de Losada y Diego de Ortega. Según el testimonio de capitán Diego de Ortega, uno de los jefes de las fuerzas de El Tocuyo, fue García Paredes el que mató al rey Miguel.

En contraparte, se dice que Miguel se llevó un gran botín de oro y que se refugió en Curduvaré que traduce “Libre como la liebre” (hoy Monumento Natural Cerro María Lionza), y que allí se encontró con María Lionza. La leyenda describe que Miguel no murió, sino que pasó a formar parte de la corte de la Reina.

Ruinas de San Vicente

Las Ruinas de San Vicente son declaradas “Monumento Histórico Nacional” en 1960, además de ser Patrimonio del Estado Yaracuy (Gaceta Oficial 25/04/1976).

Hoy día puede visitarse el Fuerte Real de Minas de Buría, actualmente “Ruinas de San Vicente”, el que se dice sirvió para la defensa y resguardo del ataque de los indios Nívar, última tribu de la rama Jirahara.

Como curiosidad, destaca que a lo largo de la historia fue denominado de diversas maneras:

Fuerte Real de Santa María de Arquicia
Fuerte de Santa María de Nirgua
Fuerte de Santa María de Nívar (cuando se firmó el acta de fundación de Nirgua en 1628)

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Miguel y Guiomar al Panteón Nacional

Desde el Auditorio Luz de Caraabaali del Municipio Independencia, en San Felipe, Yaaracuy, en horas de la mañana del martes 29 de junio (2022) se juramentó la comisión especial que promoverá la elevación de la memoria histórica de Miguel de Buría (conocido como el Rey Miguel) y de su esposa Guiomar de Buría (llamada la Reina Guiomar) al Panteón Nacional.

La comisión que quedó compuesta por representantes del Consejo Legislativo del estado Yaracuy (Cley), los 14 alcaldes del estado, las 14 Cámaras Municipales, Instituto de la Cultura del estado Yaracuy (Icey) y una delegación de la Red de Historia de la entidad y la Red de Organizaciones Afrovenezolanas.

El rector del Centro de Saberes Africanos, Americanos y Caribeños, Reinaldo Bolívar, quien tomó el juramento a los presentes, fue el ponente central  en la actividad, en la que explicó que la comisión tiene la misión de recabar el material necesario sobre la vida y obra del Rey Miguel de Buría y de la Reina Guiomar para sustentar la solicitud que se hará al Parlamento nacional.

Reinaldo Bolívar expuso a los pormenores de la primera revolción afro-indígena en Venezuela y de la organización del primer cumbe o Ciudad-Estado fundado por Miguel de Buria, en la cual se proclamó rey para dar un mensaje a España de que no aceptaban un gobierno extranjero en estas tierras que a través de él, tenía su máxima autoridad, nunca por debajo de ningún monarca extranjero. Destacó que se harán las investigaciones correspondientes para encontrar esos datos históricos trascendentales que se deban conocer sobre la vida de estos dos personajes históricos. “Debemos ser acuciosos y delicados para trabajar con elementos de nuestra nacionalidad que siempre fueron invisibilizados con versiones eurocéntricas; es por ello que ésta Revolución Bolivariana ha venido trabajando para que insurja la memoria histórica venezolana”, puntualizó el Rector del reconocido Centro de Saberes Africanos. Agregó que el Rey Miguel y la Reina Guiomar son dos figuras importantes afrovenezolanas, ya que fueron partícipes de una rebelión que se puede catalogar como precursora de otras que sucedieron en el país contra el dominio español.

Mencionó que ambos estuvieron bien conscientes de los duros retos que debían enfrentar y que no resistieron ante nadie, “más bien lucharon por sus derechos. Este tipo de acciones dignifica a todo un pueblo y brinda justicia social a quienes pelearon contra el yugo español para lograr la libertad de todos los oprimidos”, destacó Bolívar. Quien también tuvo intervenciones en Radio San Felipeña, donde fue entrevistado por Noris Pirela y Eliseo Mora para el programa América un Sola Voz; igualemente conversó para la audiencia de la emisora Radio Independencia

Por su parte, el presidente del Consejo Legislativo del estado Yaracuy (CLEY (2022), Ángel Gamarra, indicó que gracias a las oportunas orientaciones historiográficas de Reinaldo Bolívar se refuerza el trabajo para armar el expediente que se entregará a la AN para incorporar los restos simbólicos del Rey Miguel y de la Reina Guiomar de Buria al lado de los grandes patriotas de Venezuela.

 «Tenemos que involucrar a todo el pueblo venezolano en el conocimiento de  la historia del Rey Miguel y la Reina Guiomar, que se conozcan sus vidas, redenciones,  luchas revolucionarias y libertarias por la soberanía de la Patria”, subrayó Gamarra.

La Rebelión Miguel Buría el conocido «Rey Negro»

Miguel, conocido como el Rey Miguel, fue un esclavizado africano, «un negro ladino»,  que había sido trasladado desde Puerto Rico hacia Venezuela para trabajar en las minas de Damián de Barrio, quien había descubierto una mina de oro en los márgenes del río Buría, en lo que hoy es Nirgua, Yaracuy.

En el lugar, él y sus compañeros esclavizados fueron objeto de severos maltratos, por lo que  se sublevaron bajo la dirección de Miguel, dieron fin a sus esclavista, se fueron a la montaña y allí fundaron su propio reino en el que nombraron a Miguel y a su esposa Guiomar como reyes de Buría.

Miguel, gran orador, y los suyo pregonaron la libertad entre negros e indígenas a los cuales invitaron e incorporaron al Cumbe.  Durante algo más de año y medio mantuvieron en jaque a los realitas quienes debieron convocar refuerzos desde varias partes de Venezuela, para poder doblegar al aguerrido Rey Negro. 

A finales de 1554 en una incursión que hicieron a la recién fundada Nueva Segovia de Barquisimeto fue asesinado junto a muchos de sus compañeros. No obstante, varios de los que lograron evadirse, continuaron la larga lucha que dio origen a futuras rebeliones en el occidente de Venezuela.

Avanza proceso de traslado del Rey Miguel de Buría al Panteón Nacional

El Consejo Legislativo del Estado Yaracuy (CLEY) recibió el informe y los documentos anexos que ofrecen una visión más clara de la participación, en el año 1552, del Negro Miguel y de su esposa en la primera revuelta que un grupo de negros esclavos hiciera en contra del Imperio español, y la cual se constituyó en el primer grito de libertad registrado en el país.

La presidenta del CLEY, Shirley Romero (2023), informó este lunes, que los primeros resultados de las investigaciones realizadas por la comisión estadal serán revisados por historiadores especialistas y expertos académicos, quienes también darán sus respectivos aportes.

“Con la entrega de este documento se está consolidando una fase importante para consagrar este hecho histórico. Ahora, la comisión ampliada será la encargada de trabajar por el logro de este objetivo.  Iremos rumbo al Panteón con Miguel y Giomar para afianzar la idiosincrasia de nuestros ancestros”, destacó la parlamentaria.

El trabajo de la comisión también se entregó al Centro de Historia del Estado Yaracuy, donde se resguardará y se pondrá a disposición de quienes deseen revisar y tomarlo como fuente de investigación. Posteriormente, los resultados se publicarán de forma impresa y en distintos canales digitales, para ampliar su difusión.

El director del Centro de Historia de Yaracuy, Willians Ojeda, mencionó que la documentación recibida estará en proceso de investigación y, luego, será valorada y analizada por expertos en la materia.

“Este será un proceso público con alto precedente: el Rey Miguel de Buría será elevado a las instancias del Panteón Nacional y reposará simbólicamente junto a próceres que lucharon por la soberanía e independencia de nuestro país”, puntualizó Ojeda.

La presidenta del CLEY adelantó que con toda la investigación efectuada ya se tiene casi todo listo para impulsar las gestiones ante la AN, rumbo al traslado de tan insignes héroes patrios, casi olvidados por la historia nacional.

El plan es que dentro de poco tiempo debatan el tema y acuerden, finalmente, el traslado del Rey Miguel y Guiomar al Panteón Nacional.

Por otra parte, el representante de la Red de Afrodescendientes de Venezuela, Gabriel López, mencionó que de manera simultánea, se promueve la difusión del legado de los citados personajes en las escuelas, para dar a conocer la importancia de sus acciones en la historia patria.

“Tenemos que llevar la historia de esa primera sublevación contra el yugo español como lo que fue el primer grito de libertad en Venezuela, y uno de los primeros en el continente; cómo se convirtió en inspiración para lo que años más adelante fuera el movimiento emancipador independentista”, subrayó López.

Fuentes: saberesafricanos.net; ultimasnoticias.com.ve

RUTA AL PANTEON NACIONAL

Acto en el Centro de Saberes Africanos, Americanos y Caribeños (Caracas) con el la ROA y el Consejo Legislativo del Estado Yaracuy,

El miércoles 29 de marzo, el día conmemorativo del fallecimiento de la heroína Matea Bolívar, se realizará el acto «Miguel y Giomar hacedores de libertad», en el cual la reconocida Diputada Nacional María León será la oradora principal para abordar las grandes motivaciones que asisten al Movimiento Afrodescendiente de Venezuela para elevar la memoria histórica de los Esposos Buría: Miguel y Guionar al más alto altar de la Patria, el Panteón Nacional, donde el pueblo le rendirá honores junto a la héroes y heroínas Pedro Camejo, Juana Ramírez la Avanzadora, Juan José Rondón, Leonardo Infante, Hipólita Bolívar y Matea Bolívar.

Día 29 de marzo de 2023Hora: 10:30 AM

Lugar: Sede Gradillas del Centro de Saberes Africanos, Americanos y Caribeños

Joseph Chatoyer (Satuyé), Liberador de San Vicent y Las Granadinas

La firma del Tratado de París de 1763 otorgó a Inglaterra la posesión de la isla de San Vicente, pero hasta 1773 los ingleses no pudieron tomar su posesión ante la tenaz oposición de los Caribes Negros que produjeron la «Primera Guerra del Caribe». Por el tratado de paz de 1773, los Garífuna se establecieron en la mitad norte de la isla y los ingleses les autorizaron el libre comercio y la pesca, según las leyes de la Corona.

En 1776 con el apoyo de Francia, las Trece Colonias inglesas de Norteamérica redactan su Declaración de Independencia, la situación permite a los pobladores de San Vicente -con ayuda francesa- recuperar el control de la isla. En el Tratado de París de 1783, el Reino Unido reconoce la Independencia de Estados Unidos de América, pero recupera la posesión de San Vicente.

Con James Seton como Gobernador y una numerosa tropa al mando del general Ralph Abercromby, los ingleses están decididos a tomar el control total de la isla.

Chatoyer comanda la resistencia dando lugar a la «Segunda Guerra del Caribe», llamada por los ingleses «Guerra de los Bandidos». Cuenta con la ayuda de Du Valle, su medio hermano, importante jefe garífuna, militar implacable, que había tenido el control de Kingstown y Dorsetshire Hill y de un grupo de franceses inspirados en los ideales de la Revolución que sacudían a su país.

Pese a la superioridad de militar inglesa, los nativos de San Vicente mantenían una lucha heroica. Chatoyer era un guerrero excepcional con cualidades de liderazgo. Se lo respetaba tanto por otros líderes caribes como por los europeos que contra él luchaban.

Chatoyer se reunió con sus seguidores franceses en Chateaubelair, para dirigirse a Dorsetshire Hill, desde donde las fuerzas conjuntas iban a lanzar el ataque a Kingstown.

El 14 de marzo de 1795 un batallón británico llega a Dorsetshire Hill, esa noche muere Chatoyer. Existen varias versiones de lo sucedido:

 • Murió en combate.

 • Pierde el duelo con el mayor Alexander Leight, quien era experto en esgrima.

 • Fallece en una emboscada cuando concurría a negociar.

Se cuenta que Satuyé poseía un amuleto que le otorgaba poderes por lo que ningún mortal podía acabar con su vida, y que ese día Barauda -su esposa principal- lo había escondido para que su marido cesara en sus combates.

Como fuera, la muerte de Chatoyer produjo el retiro de los franceses y un vuelco en el curso de la guerra. Los Garífuna continúan la lucha bajo el liderazgo de Du Valle hasta rendirse en 1796. Los vencedores desterraron a los garífunas a la inhóspita isla Baliceaux donde la mitad murió. Al año siguiente, los sobrevivientes fueron enviados a la isla de Roatán frente a las costas de Honduras.

Joseph Chatoyer (Satuyé) es considerado héroe por los garífunas, símbolo de su resistencia a la colonización Europea.

Gulisi, una de sus hijas, luego de una accidentada travesía por el Caribe, logró establecerse con su numerosa familia -13 hijos- en el sur de Belice. Un museo en Dangriga lleva su nombre.

Tomado de: https://pueblosoriginarios.com/biografias/satuye.html