Más allá del decenio de los pueblos afrodescendientes

Este libro, según asevera su autor, plantea la tesis de que «la situación de clandestinización de la Diáspora Africana exige arqueologías colectivas y urgentes, ancladas en rutas hechas en la contramano del proceso colonial. En términos concretos, se trata de una propuesta metodológica en donde lo más urgente es conocer y poner fuerza en las voces clandestinizadas para generar acciones anticoloniales».

Consta de cuatro partes a través de las cuales diferentes autores presentan sus investigaciones y aportes acerca de temas inherentes a la afrodescendencia.

• Primera parte: Afro-epistemologías

• Segunda parte: Afro-feminismos en clave descolonial

• Tercera parte: Movimientos afro-descendientes

• Cuarta parte: Anexos (resoluciones, declaraciones y conferencias)

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¿Qué es la Africanidad?

La africanidad es la cualidad socio-cultural y político-reivindicativa de ser africanas y africanos, un sentimiento de pertenencia y vinculación compartido entre África y la diáspora africana en el mundo.

Nos alejamos del mito de una cultura africana que sólo existe en el continente africano, África ha influido en el mundo y seguirá haciéndolo, y se es africana y africano por voluntad propia como dijo Kwame Nkrumah: «No soy africano por haber nacido en África sino porque África nació en mí».

La Africanidad es un concepto poliédrico y en permanente recreación y discusión, una realidad del pasado, del presente y del futuro, con fuertes raíces y también cosmopolita e innovadora. La cultura africana no es estática sino cambiante.

Africanidad es ser sociales, compartir.

Algunas de las definiciones más extendidas sobre la africanidad son las siguientes:

Africanidad:
Carácter genérico de los pueblos africanos.
Otra palabra similar: africanía, es definida como: Carácter o condición de africano, especialmente en el ámbito afroamericano. Diccionario de la Real Academia Española.

Africanidad: Conjunto de rasgos que se consideran característicos o propios de lo africano. Oxford Living Dictionaries.
1. Condición o carácter de africano, sea del continente o de su diáspora en otras partes del mundo.

2. Sentimiento de pertenencia a los pueblos africanos o a su diáspora. El estado o cualidad de ser africano. Wiktionary.org

En base a todo lo anterior, como hemos dicho, podemos establecer que la africanidad es la cualidad socio-cultural y político-reivindicativa de ser africanas y africanos, un sentimiento de pertenencia y vinculación compartido entre África y la diáspora africana en el mundo.

Entrar en detalles sobre la africanidad es más complejo, ¿Cuáles son esas características definitorias de la identidad africana?

Podemos decir que las culturas africanas presentan unos rasgos definitorios más o menos concretos que son producto de sus interacciones dentro del Continente y fuera del mismo. Muchas son las autoras y autores que han emprendido la tarea de definir ese carácter cultural africano. Ello puede resultar complejo y contraproducente ya que gran parte de la definición de lo que somos viene de forma negativa, racista y colonialista, impuesta por los pueblos europeos. Se hace necesario recordar que no hay una africanidad innata y mucho menos racial, sino que es una transmisión social, como en cualquier otra sociedad, la africanidad siempre es aprendida. Por todo lo anterior hablaremos sólo de lo que ha sido definido por autoras y autores africanos y afrodescendientes.

Para Cheikh Anta Diop, George G. M. James, Teophile Obenga o Molefi Kete Asante, entre otros muchos autores, las primeras civilizaciones de mundo fueron creadas por personas africanas melanodermas (de piel oscura), esto incluye a las civilizaciones del Valle del Nilo como Kemet (el Antiguo Egipto). Haciendo un resumen del pensamiento de la mayoría de autores africano-centrados existen una serie de características definitorias de la Civilización africana, tal y como era vivida tradicionalmente, algunas de estas características perviven tanto en África como en las diásporas, otras se están modificando por influencia externa, es por ello importante diferenciar el África milenaria del África actual.

Las características básicas propias del África antigua son:

Economía: Economías generalmente más agrícolas que ganaderas. La unidad de producción básica tradicional es la aldea. Los ingresos de la monarquía devienen del comercio y de ciertas prerrogativas. Casi total ausencia del concepto de impuestos per cápita.

Familia: Importancia de la familia extensa. Existencia de un doble sistema de familia: la de sangre y la espiritual o social. Matrilinaje original que ha ido combinándose con otros sistemas sucesorios. Organización social en grupos de edad, respeto a las y los mayores. Posibilidad de poliginia en casi todas las sociedades. Presencia de la dote femenina y existencia del divorcio.

Sociedad: Concepto del ubuntu: ser junto a las y los demás. Importancia de la hospitalidad. Importancia de la solidaridad económica. Concepto jurídico del magara, es decir; las faltas se miden por el daño subjetivo producido. Importancia del maat, el equilibrio universal entre el Ser Humano y el cosmos. Separación de los ámbitos de actuación de hombres y mujeres.

Política: Importancia de la casa o lugar de la palabra en el que todas y todos opinan (asamblea local). Importancia del consejo de ancianos. Monarquía frecuentemente electa por un consejo de ancianos.

Espiritualidad: Creencia en un Dios (ser supremo). Enterramiento de los muertos (no incineración). Creencia en un mundo de los muertos similar al de los vivos. Creencia en la comunicación entre vivos y muertos. La religión es iniciática; un sistema de superación interno.

Arte: Mayor interés social por la escultura que por otras artes plásticas. Importancia social central del ritmo y la danza. Gran importancia de la estética corporal. Escala musical pentatónica (blue note en la heptatónica).

Fuente: africanidad.com

Nuestra América Negra: Territorios y voces de la interculturalidad afrodescendiente

«Nuestra América Negra: Territorios y voces de la interculturalidad afrodescendiente» es una compilación de textos de diversos autores de la región en torno al tema de la afrodescendencia.

La compilación, editada por por la Universidad Bolivariana de Venezuela, fue realizada por Inés Pérez-Wilke y Flor Márquez. Tal como se describe en la presentación del libro, escrita por el profesor Reinaldo Bolívar, se trata de nueve ensayos elaborados por Nelson Aboy, Leda Maria Martins, Matilde Eljach, Alejandro Frigerio, Eva Lamborghini, Inés Pérez-Wilke, Pedro Alexander Cubas, Cristóbal Valencia Ramírez, Aiden Salgado Cassiani y Marta Mercedes Maffia.

Cada uno de ellos nos adentra en ineludibles aspectos relacionados con la afrodescendencia tales como la religión, la migración, la música, la oralidad, la educación universitaria y en suma con la pluriculturalidad, proporcionando herramientas científicas para abordar con propiedad el estudio de la insoslayable presencia africana en América.

En su conjunto, la propuesta de girar en torno a la interculturalidad afrodescendiente, si bien no se agota, cumple con la meta de ofrecer al lector, investigador o estudioso una valiosa bibliografía de consulta y referencia.

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El Centro de Saberes Africanos una diáspora africana de retorno

Las palabras de apertura de Roberto Hernández Montoya y de Reinado Bolívar en la presentación del Instituto de Investigaciones Estratégicas sobre África y su Diáspora o Centro de Saberes Africanos tocaron la fibra del cuerpo diplomático de países latinos y africanos acreditados en Venezuela, quienes expresaron regocijo sobre esta ventana que se abre para las investigaciones estratégicas sobre el continente madre y su Diáspora, incluido como uno de los más importantes mandatos de la II Cumbre de presidentes del Sur llevada a cabo en Margarita, estado Nueva Esparta.

Los embajadores de Gambia, Libia, Sudáfrica, Saharaui, Guinea Ecuatorial y Seychelles expresaron sus  sentimientos de gratitud por esa bola de fuego que brota de este Centro de Saberes Africanos que abordó, a manera de preámbulo, temas que aquejan a la humanidad y soluciones para encontrar los equilibrios económicos, sociales, culturales y ecológicos, además de promover justicia luego de tantos años de humillación y sevicia imperial.

Todas esas voces africanas reconocieron el vigor de la política internacional del presidente Hugo Chávez y de todos aquellos diplomáticos venezolanos, hombres y mujeres, esparcidos por los 54 países de ese continente dando y recibiendo sabiduría y solidaridad.

Por América y el Caribe estuvieron avalando con su presencia los representantes diplomáticos de Cuba, Grenada, Brasil, Ecuador, Bolivia, Perú, México, Panamá y Argentina.

La impecable presentación realizada del Centro de Saberes Africanos se convirtió en una contundente Diáspora de Retorno cuando le tocó el turno al embajador de Ecuador, quien habló sobre las inmensas riquezas minerales de África y América Latina, de lo que atesoran en biodiversidad y diversidad cultural como una manera de  invitar a que desde esta institución académica vean, con lentes de aumento, la pobreza de ambas regiones unidas por el atlántico.

El representante cubano, joven nacido y criado luego de la revolución, habló de la deuda que se tiene con la Madre África y del internacionalismo cubano para saldarla dando batalla y sangre por la libertad de los pueblos africanos.

El señor embajador de Brasil se apoyó en el rostro de una linda jovencita de Cabo Verde a quien saludó en portugués para referirse a  “Mamá África” y la honremos “desde una visión común propia,  lejos de la colonialidad”.

María Fernanda Silva, la más joven de las diplomáticas en Venezuela, al compás del tango africano, supo elevar la voz de los tres millones de afrodescendientes argentinos cuando le tocó definir lo qué es ciencia, música y arte con la altivez de su ser cimarrón.

Con gran elocuencia fue muy precisa al marcar la diferencia entre aquellos que están convencidos de que todos los seres humanos somos afrodescendientes, pero más lo son los pobres que pueblan las cárceles en nuestros pueblos oprimidos.

Sus ojos brillaron cuando se refirió a las pruebas que aportan la antropología y la genética sobre el privilegio de África; su referencia sobre  tantos pueblos que han caído y se han levantado de nuevo, libró dos dulces lágrimas  que deje secar con el calor humano del homo sapiens concentrado en el auditorio de la UNEFA.

Salí contento hacia mi Guaira natal donde me tropecé de nuevo con la gigantesca imagen del conquistador Diego de Osorio, justo frente al viejo puerto esclavista colonial custodiado por una capilla con santos católicos. El nombre postizo es Punta de Mulatos, una voz suspendida en el dolor, que me hizo recordar las palabras iniciales de Roberto Hernández Montoya sobre el endorracismo. Es difícil evitar la angustiosa imagen del esclavo que se cree libre pero que no puede vivir sin su amo.

Por Ignacio Laya