Cómo prevenir la violencia en casa

La COVID-19 ha cambiado por completo la vida de los niños, niñas y adolescentes y la de sus familias en todo el mundo. Las medidas que exige la cuarentena, incluyendo el cierre de las escuelas y de algunos servicios públicos, así como la restricción en los desplazamientos, han modificado nuestras rutinas, y eso podría añadir factores de estrés a padres, madres y cuidadores/as.

Durante el confinamiento, es probable que se presenten con mayor frecuencia situaciones de violencia hacia niños, niñas y adolescentes o hacia otros miembros de la familia, como el castigo corporal, la desatención, la violencia sexual y psicológica.

Es importante saber que cualquier tipo de violencia trae consecuencias a corto, mediano y largo plazo en el desarrollo de los niños, además de vulnerar su derecho fundamental a vivir una vida libre de violencia.

Sin embargo, el maltrato infantil puede prevenirse, para esto es importante que madres, padres y cuidadores (as), entiendan los procesos que viven los niños, niñas y adolescentes para no interpretar algunas de sus conductas como falta de cooperación o agresividad.

Para prevenir la violencia, te tenemos algunas recomendaciones que puedes poner en práctica.

1. Maneja tus emociones

Recuerda que los niños, niñas y adolescentes aprenden conductas emocionales de los adultos significativos en sus vidas, por lo que la forma en que los adultos responden a una crisis tiene impacto en ellos.

Es importante que como padre, madre o cuidador/a, aprendas a manejar tus emociones y mantengas la calma, que hables amablemente con tus hijos e hijas, demuestres empatía y les ayudes a comprender sus emociones. Si te encuentras en momentos de mucha tensión y sientes que puedes perder la calma:

• Detente y respira profundo.

• Comenta respetuosamente que necesitas un momento a solas.

• Ve a un lugar o espacio en el que estés seguro y donde puedas tranquilizarte; puedes hacer cinco respiraciones profundas, esto te ayudará a liberar la tensión.

• Cálmate y haz una pequeña pausa para pensar de una manera distinta sobre los hechos.

• Reflexiona, plantéate algunas preguntas como ¿estoy esperando que mi hijo o hija exprese una conducta acorde a su edad? ¿de qué otra manera, a través de juegos o actividades recreativas, podría transmitirle el mensaje para que pueda entenderlo?

• Identifica lo que sientes, puedes escribirlo.

• Regresa cuando estés tranquilo y retoma lo que estabas haciendo.

2. Comunícate mejor

Los momentos de estrés y ansiedad pueden afectar la comunicación con los niños, niñas y adolescentes en casa. Por eso es importante buscar la mejor manera de comunicarnos con ellos:

•Ten conversaciones con ellos todos los días, pregúntales cómo se sienten, qué hicieron o qué van a hacer, para que la comunicación se vuelva algo normal y sea fácil abordar temas más complejos.

•Mantente al tanto de sus intereses, qué temas les gustan, qué música escuchan, qué grupos, influencers o artistas siguen.

•Escucha lo que tengan que decir, no les interrumpas, respeta sus espacios y sus silencios. Genera un ambiente en el cual ellos sientan confianza para expresarse libremente.

•Muéstrate comprensivo en la escucha, no juzgues y evita etiquetarlos. Con asertividad, sin alarma o asombro, expresa tu opinión sobre lo que te dicen.

•Expresa tus sentimientos y pensamientos, así ellos se sentirán confiados para expresar los suyos.

•Se respetuoso, no ofendas, ni digas malas palabras; evita alzar la voz y gritar, porque si lo haces les hará sentir miedo y no querrán hablar fácilmente.

•Refuerza las cosas positivas, felicítalos por haber sacado buenas notas o por cualquier otro logro.

3. Demuestra afecto

Las muestras de afecto juegan un papel fundamental en el sano desarrollo. Abrazar a los niños, niñas y adolescentes, besarlos y decirles todos los días cuanto los amas y lo valiosos que son para ti, les formará una base emocional fuerte y saludable para poder establecer consigo mismo y con sus pares, relaciones armoniosas y adecuadas.

El afecto y el amor son esenciales para cada persona, si lo recibimos desde casa, lo disfrutaremos toda la vida. Expresa a tus hijos e hijas constantemente cariño y afecto tanto físico como verbal. Aprovechar la oportunidad de hacerles saber cuánto los amamos es una hermosa y enriquecedora experiencia.

Sobre la violencia online

Otro asunto para tener especial cuidado es que, si bien, el aumento de la actividad en internet apoya el aprendizaje, la distracción y nuevas formas de socialización, también coloca a niños, niñas y adolescentes en mayores riesgos de ser víctimas de explotación sexual y ciberacoso.

Es necesario que las personas adultas tomemos medidas para mitigar los riesgos, y lograr un equilibrio de los derechos de la niñez a la libertad de expresión y al acceso a la información. En estos momentos se hace especialmente importante formar a los niños, niñas y adolescentes para que tengan habilidades para usar internet de manera segura.

Ante cualquier situación de violencia en el hogar, recomendamos informarse sobre las líneas de ayuda y el sistema de protección para la niñez, la adolescencia y las familias que opera en su localidad.

Fuente: Unicef Venezuela

El Maltrato Infantil: los Golpes Ocultos

Las estadísticas acerca del maltrato físico de los niños son alarmantes. Se estima que cada año cientos de miles de niños reciben abuso y maltrato a manos de sus padres o parientes. Miles mueren. Los que sobreviven el abuso, viven marcados por el trauma emocional que perdura mucho después de que los moretones físicos hayan desaparecido. Las comunidades y las cortes de justicia reconocen que estas “heridas emocionales ocultas” pueden ser tratadas.

El reconocer y dar tratamiento a tiempo a estos daños es importante para minimizar los efectos a largo plazo causados por el abuso o maltrato físico. Cuando un niño/niña dice que ha sido abusado, hay que tomarlo en serio y evaluarlo de inmediato.

Los niños que han sido abusados pueden exhibir:

  • Una baja autoestima
  • Reactuación del acto sexual
  • Incapacidad para confiar o amar a otros
  • Conducta agresiva, problemas de disciplina y a veces, comportamiento ilegal
  • Coraje y rabia
  • Comportamiento autodestructivo o autoabusivo, pensamientos suicidas
  • Pasividad, comportamiento retraído o apegamiento
  • Miedo de establecer relaciones nuevas o de comenzar actividades nuevas
  • Ansiedad y miedos
  • Problemas en la escuela o fracaso escolar
  • Sentimientos de tristeza u otros síntomas de depresión
  • Visiones de experiencias ya vividas y pesadillas
  • Abuso de drogas o de alcohol
  • Problemas al dormir

A menudo el daño emocional severo a los niños maltratados no se refleja hasta la adolescencia, o aún más tarde, cuando muchos de estos niños maltratados se convierten en padres abusivos. Un adulto que fue abusado de niño tiene mucha dificultad para establecer relaciones personales íntimas. Estos hombres y mujeres pueden tener problemas con el acercamientos físico, el tocar, la intimidad y el confiar en otros al llegar a adultos. Están expuestos a un riesgo mayor de ansiedad, depresión, abuso de substancias, enfermedades médicas y problemas en la escuela o en el trabajo. Sin el tratamiento adecuado el daño hecho al niño abusado físicamente puede perdurar de por vida.

La identificación y el tratamiento a tiempo son importantes para minimizar las consecuencias del abuso a largo plazo. Los profesionales de la salud mental capacitados deben llevar a cabo una evaluación comprensiva y proveer el tratamiento para los niños que han sido abusados. Mediante el tratamiento, el niño maltratado comienza a recuperar su sentido de confianza en sí mismo y en otros. Pueden ayudar a la familia a aprender nuevas formas de darse apoyo y de comunicarse los unos con los otros. Los padres pueden también beneficiarse del apoyo, entrenamiento y manejo del coraje.

El abuso físico no es el único tipo de maltrato infantil. Muchos niños son víctimas de abandono, de abuso sexual o de abuso emocional. En todos los tipos de abuso infantil, el niño y la familia pueden beneficiarse de una evaluación y tratamiento de un profesional de la salud mental capacitado.

Fuente: https://www.aacap.org