Una crianza para la prevención de la violencia y la promoción del derecho al buen trato

Esta publicación está dedicada a todos los cuidadores y cuidadoras que desde el hogar desean tener una herramienta de consulta en materia de crianza y prevención integral de la violencia. Aquí se consigue material que ayuda a cambiar conocimientos, actitudes y prácticas. Construyendo una nueva matriz de conceptos y las fortalezas.

Ser padre o madre no siempre es fácil. Cuando se trata de la no violencia y de sus hijos, usted probablemente suela cuestionarse a sí mismo. La intención de la creación de este manual es que su utilización sirva para orientar en la crianza basada en la promoción del derecho al buen trato, pasando por los puntos vitales que implican la práctica de la no violencia.

Es prioridad empezar desde que son pequeños, enseñándoles a cuidar su cuerpo, su persona, a valorarse, saber lo que está bien y lo que está mal. Sin embargo, aún en los hijos e hijas más grandes hay una misión muy importante, acompañarles y enseñarles estrategias para rechazar actitudes irresponsables, presión de grupo, y la formación de un autoconcepto sano para marcar el camino hacia su propio futuro.

El maltrato infantil se puede prevenir, para esto es importante que madres, padres, cuidadores (as), entiendan los procesos que viven sus hijos, de lo contrario es común interpretar algunas conductas de ellos como falta de cooperación o agresividad.

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Fuente: Unicef Venezuela

Cómo prevenir la violencia en casa

La COVID-19 ha cambiado por completo la vida de los niños, niñas y adolescentes y la de sus familias en todo el mundo. Las medidas que exige la cuarentena, incluyendo el cierre de las escuelas y de algunos servicios públicos, así como la restricción en los desplazamientos, han modificado nuestras rutinas, y eso podría añadir factores de estrés a padres, madres y cuidadores/as.

Durante el confinamiento, es probable que se presenten con mayor frecuencia situaciones de violencia hacia niños, niñas y adolescentes o hacia otros miembros de la familia, como el castigo corporal, la desatención, la violencia sexual y psicológica.

Es importante saber que cualquier tipo de violencia trae consecuencias a corto, mediano y largo plazo en el desarrollo de los niños, además de vulnerar su derecho fundamental a vivir una vida libre de violencia.

Sin embargo, el maltrato infantil puede prevenirse, para esto es importante que madres, padres y cuidadores (as), entiendan los procesos que viven los niños, niñas y adolescentes para no interpretar algunas de sus conductas como falta de cooperación o agresividad.

Para prevenir la violencia, te tenemos algunas recomendaciones que puedes poner en práctica.

1. Maneja tus emociones

Recuerda que los niños, niñas y adolescentes aprenden conductas emocionales de los adultos significativos en sus vidas, por lo que la forma en que los adultos responden a una crisis tiene impacto en ellos.

Es importante que como padre, madre o cuidador/a, aprendas a manejar tus emociones y mantengas la calma, que hables amablemente con tus hijos e hijas, demuestres empatía y les ayudes a comprender sus emociones. Si te encuentras en momentos de mucha tensión y sientes que puedes perder la calma:

• Detente y respira profundo.

• Comenta respetuosamente que necesitas un momento a solas.

• Ve a un lugar o espacio en el que estés seguro y donde puedas tranquilizarte; puedes hacer cinco respiraciones profundas, esto te ayudará a liberar la tensión.

• Cálmate y haz una pequeña pausa para pensar de una manera distinta sobre los hechos.

• Reflexiona, plantéate algunas preguntas como ¿estoy esperando que mi hijo o hija exprese una conducta acorde a su edad? ¿de qué otra manera, a través de juegos o actividades recreativas, podría transmitirle el mensaje para que pueda entenderlo?

• Identifica lo que sientes, puedes escribirlo.

• Regresa cuando estés tranquilo y retoma lo que estabas haciendo.

2. Comunícate mejor

Los momentos de estrés y ansiedad pueden afectar la comunicación con los niños, niñas y adolescentes en casa. Por eso es importante buscar la mejor manera de comunicarnos con ellos:

•Ten conversaciones con ellos todos los días, pregúntales cómo se sienten, qué hicieron o qué van a hacer, para que la comunicación se vuelva algo normal y sea fácil abordar temas más complejos.

•Mantente al tanto de sus intereses, qué temas les gustan, qué música escuchan, qué grupos, influencers o artistas siguen.

•Escucha lo que tengan que decir, no les interrumpas, respeta sus espacios y sus silencios. Genera un ambiente en el cual ellos sientan confianza para expresarse libremente.

•Muéstrate comprensivo en la escucha, no juzgues y evita etiquetarlos. Con asertividad, sin alarma o asombro, expresa tu opinión sobre lo que te dicen.

•Expresa tus sentimientos y pensamientos, así ellos se sentirán confiados para expresar los suyos.

•Se respetuoso, no ofendas, ni digas malas palabras; evita alzar la voz y gritar, porque si lo haces les hará sentir miedo y no querrán hablar fácilmente.

•Refuerza las cosas positivas, felicítalos por haber sacado buenas notas o por cualquier otro logro.

3. Demuestra afecto

Las muestras de afecto juegan un papel fundamental en el sano desarrollo. Abrazar a los niños, niñas y adolescentes, besarlos y decirles todos los días cuanto los amas y lo valiosos que son para ti, les formará una base emocional fuerte y saludable para poder establecer consigo mismo y con sus pares, relaciones armoniosas y adecuadas.

El afecto y el amor son esenciales para cada persona, si lo recibimos desde casa, lo disfrutaremos toda la vida. Expresa a tus hijos e hijas constantemente cariño y afecto tanto físico como verbal. Aprovechar la oportunidad de hacerles saber cuánto los amamos es una hermosa y enriquecedora experiencia.

Sobre la violencia online

Otro asunto para tener especial cuidado es que, si bien, el aumento de la actividad en internet apoya el aprendizaje, la distracción y nuevas formas de socialización, también coloca a niños, niñas y adolescentes en mayores riesgos de ser víctimas de explotación sexual y ciberacoso.

Es necesario que las personas adultas tomemos medidas para mitigar los riesgos, y lograr un equilibrio de los derechos de la niñez a la libertad de expresión y al acceso a la información. En estos momentos se hace especialmente importante formar a los niños, niñas y adolescentes para que tengan habilidades para usar internet de manera segura.

Ante cualquier situación de violencia en el hogar, recomendamos informarse sobre las líneas de ayuda y el sistema de protección para la niñez, la adolescencia y las familias que opera en su localidad.

Fuente: Unicef Venezuela

El Maltrato Infantil: los Golpes Ocultos

Las estadísticas acerca del maltrato físico de los niños son alarmantes. Se estima que cada año cientos de miles de niños reciben abuso y maltrato a manos de sus padres o parientes. Miles mueren. Los que sobreviven el abuso, viven marcados por el trauma emocional que perdura mucho después de que los moretones físicos hayan desaparecido. Las comunidades y las cortes de justicia reconocen que estas “heridas emocionales ocultas” pueden ser tratadas.

El reconocer y dar tratamiento a tiempo a estos daños es importante para minimizar los efectos a largo plazo causados por el abuso o maltrato físico. Cuando un niño/niña dice que ha sido abusado, hay que tomarlo en serio y evaluarlo de inmediato.

Los niños que han sido abusados pueden exhibir:

  • Una baja autoestima
  • Reactuación del acto sexual
  • Incapacidad para confiar o amar a otros
  • Conducta agresiva, problemas de disciplina y a veces, comportamiento ilegal
  • Coraje y rabia
  • Comportamiento autodestructivo o autoabusivo, pensamientos suicidas
  • Pasividad, comportamiento retraído o apegamiento
  • Miedo de establecer relaciones nuevas o de comenzar actividades nuevas
  • Ansiedad y miedos
  • Problemas en la escuela o fracaso escolar
  • Sentimientos de tristeza u otros síntomas de depresión
  • Visiones de experiencias ya vividas y pesadillas
  • Abuso de drogas o de alcohol
  • Problemas al dormir

A menudo el daño emocional severo a los niños maltratados no se refleja hasta la adolescencia, o aún más tarde, cuando muchos de estos niños maltratados se convierten en padres abusivos. Un adulto que fue abusado de niño tiene mucha dificultad para establecer relaciones personales íntimas. Estos hombres y mujeres pueden tener problemas con el acercamientos físico, el tocar, la intimidad y el confiar en otros al llegar a adultos. Están expuestos a un riesgo mayor de ansiedad, depresión, abuso de substancias, enfermedades médicas y problemas en la escuela o en el trabajo. Sin el tratamiento adecuado el daño hecho al niño abusado físicamente puede perdurar de por vida.

La identificación y el tratamiento a tiempo son importantes para minimizar las consecuencias del abuso a largo plazo. Los profesionales de la salud mental capacitados deben llevar a cabo una evaluación comprensiva y proveer el tratamiento para los niños que han sido abusados. Mediante el tratamiento, el niño maltratado comienza a recuperar su sentido de confianza en sí mismo y en otros. Pueden ayudar a la familia a aprender nuevas formas de darse apoyo y de comunicarse los unos con los otros. Los padres pueden también beneficiarse del apoyo, entrenamiento y manejo del coraje.

El abuso físico no es el único tipo de maltrato infantil. Muchos niños son víctimas de abandono, de abuso sexual o de abuso emocional. En todos los tipos de abuso infantil, el niño y la familia pueden beneficiarse de una evaluación y tratamiento de un profesional de la salud mental capacitado.

Fuente: https://www.aacap.org

Maltrato infantil

Datos y cifras

• Una de cada 5 mujeres y 1 de cada 13 hombres declaran haber sufrido abusos sexuales en la infancia.

• El maltrato infantil causa alteraciones en la salud mental y física que perduran toda la vida, y sus consecuencias a nivel socioprofesional pueden, en última instancia, ralentizar el desarrollo económico y social de un país.

• Es posible prevenir el maltrato infantil antes de que se produzca, y para ello es necesario un enfoque multisectorial.

• Los programas preventivos eficaces prestan apoyo a los padres y les aportan conocimientos y técnicas positivas para criar a sus hijos.

• La atención continua a los niños y a las familias puede reducir el riesgo de repetición del maltrato y minimizar sus consecuencias.

El maltrato infantil se define como los abusos y la desatención de que son objeto los menores de 18 años, e incluye todos los tipos de maltrato físico o psicológico, abuso sexual, desatención, negligencia y explotación comercial o de otro tipo que causen o puedan causar un daño a la salud, desarrollo o dignidad del niño, o poner en peligro su supervivencia, en el contexto de una relación de responsabilidad, confianza o poder. La exposición a la violencia de pareja también se incluye a veces entre las formas de maltrato infantil.

Magnitud del problema

El maltrato infantil es un problema mundial con graves consecuencias que pueden durar toda la vida. A pesar de las encuestas nacionales recientes en varios países de ingresos bajos y medianos, faltan todavía datos acerca de la situación actual en muchos países.

El maltrato infantil es complejo y su estudio resulta difícil. Las estimaciones actuales son muy variables, dependiendo del país y del método de investigación utilizado. Dichas estimaciones dependen de:

• Las definiciones de maltrato infantil utilizadas

• El tipo de maltrato infantil estudiado

• La cobertura y la calidad de las estadísticas oficiales

• La cobertura y la calidad de las encuestas basadas en los informes de las propias víctimas, los padres o los cuidadores

No obstante, los estudios internacionales revelan que una cuarta parte de todos los adultos manifiestan haber sufrido maltratos físicos de niños y 1 de cada 5 mujeres y 1 de cada 13 hombres declaran haber sufrido abusos sexuales en la infancia. Además, muchos niños son objeto de maltrato psicológico (también llamado maltrato emocional) y víctimas de desatención.

Se calcula que cada año mueren por homicidio 41.000 menores de 15 años. Esta cifra subestima la verdadera magnitud del problema, dado que una importante proporción de las muertes debidas al maltrato infantil se atribuyen erróneamente a caídas, quemaduras, ahogamientos y otras causas.

En situaciones de conflicto armado y entre los refugiados, las niñas son especialmente vulnerables a la violencia, explotación y abusos sexuales por parte de los combatientes, fuerzas de seguridad, miembros de su comunidad, trabajadores de la asistencia humanitaria y otros.

Consecuencias del maltrato

El maltrato infantil es una causa de sufrimiento para los niños y las familias, y puede tener consecuencias a largo plazo. El maltrato causa estrés y se asocia a trastornos del desarrollo cerebral temprano. Los casos extremos de estrés pueden alterar el desarrollo de los sistemas nervioso e inmunitario. En consecuencia, los adultos que han sufrido maltrato en la infancia corren mayor riesgo de sufrir problemas conductuales, físicos y mentales, tales como:

• Actos de violencia (como víctimas o perpetradores)

• Depresión

• Consumo de tabaco

• Obesidad

• Comportamientos sexuales de alto riesgo

• Embarazos no deseados

• Consumo indebido de alcohol y drogas

A través de estas consecuencias en la conducta y la salud mental, el maltrato puede contribuir a las enfermedades del corazón, al cáncer, al suicidio y a las infecciones de transmisión sexual.

Más allá de sus consecuencias sanitarias y sociales, el maltrato infantil tiene un impacto económico que abarca los costos de la hospitalización, de los tratamientos por motivos de salud mental, de los servicios sociales para la infancia y los costos sanitarios a largo plazo.

Factores de riesgo

Se han identificado varios factores de riesgo de maltrato infantil. Aunque no están presentes en todos los contextos sociales y culturales, dan una visión general que permite comprender las causas del maltrato infantil.

Factores del niño

No hay que olvidar que los niños son las víctimas y que nunca se les podrá culpar del maltrato. No obstante, hay una serie de características del niño que pueden aumentar la probabilidad de que sea maltratado:

• La edad inferior a cuatro años y la adolescencia

• El hecho de no ser deseado o de no cumplir las expectativas de los padres

• El hecho de tener necesidades especiales, llorar mucho o tener rasgos físicos anormales

Factores de los padres o cuidadores

Hay varias características de los padres o cuidadores que pueden incrementar el riesgo de maltrato infantil, entre ellas:

• Las dificultades para establecer vínculos afectivos con el recién nacido

• El hecho de no cuidar al niño

• Los antecedentes personales de maltrato infantil

• La falta de conocimientos o las expectativas no realistas sobre el desarrollo infantil

• El consumo indebido de alcohol o drogas, en especial durante la gestación

• La participación en actividades delictivas

• Las dificultades económicas

Factores relacionales

Hay diversas características de las relaciones familiares o de las relaciones con la pareja, los amigos y los colegas que pueden aumentar el riesgo de maltrato infantil, entre ellas:

• Los problemas físicos, mentales o de desarrollo de algún miembro de la familia

• La ruptura de la familia o la violencia entre otros miembros de la familia

• El aislamiento en la comunidad o la falta de una red de apoyos

• La pérdida del apoyo de la familia extensa para criar al niño

Factores sociales y comunitarios

Hay diversas características de las comunidades y las sociedades que pueden aumentar el riesgo de maltrato infantil, entre ellas:

• Las desigualdades sociales y de género

• La falta de vivienda adecuada o de servicios de apoyo a las familias y las instituciones

• Los niveles elevados de desempleo o pobreza

• La disponibilidad fácil del alcohol y las drogas

• Las políticas y programas insuficientes de prevención del maltrato, la pornografía, la prostitución y el trabajo infantiles

• Las normas sociales y culturales que debilitan el estatus del niño en las relaciones con sus padres o fomentan la violencia hacia los demás, los castigos físicos o la rigidez de los papeles asignados a cada sexo

• Las políticas sociales, económicas, sanitarias y educativas que generan malas condiciones de vida o inestabilidad o desigualdades socioeconómicas

Prevención

La prevención del maltrato infantil requiere un enfoque multisectorial. Los programas eficaces son los que prestan apoyo a los padres y les aportan conocimientos y técnicas positivas para criar a sus hijos. Entre ellos se encuentran:

• Las visitas domiciliarias de enfermeras para ofrecer apoyo, formación e información

• La formación de los padres, generalmente en grupos, para mejorar sus aptitudes para criar a los hijos, mejorar sus conocimientos sobre el desarrollo infantil y alentarlos a adoptar estrategias positivas en sus relaciones con los hijos

• Las intervenciones con múltiples componentes, que generalmente incluyen el apoyo a los padres y su formación, la educación preescolar y la atención al niño

Otros programas preventivos prometedores son:

• Los destinados a prevenir los traumatismos craneoencefálicos por maltrato (también conocido como síndrome del bebé sacudido, síndrome del niño sacudido o lesión cerebral infligida por traumatismo). Generalmente se trata de programas hospitalarios mediante los cuales se informa a los nuevos padres de los peligros de zarandear a los niños pequeños y de cómo afrontar el problema de los niños con llanto inconsolable

• Los destinados a prevenir los abusos sexuales en la infancia. Generalmente se realizan en las escuelas y les enseñan a los niños:

* La propiedad de su cuerpo

* Las diferencias entre los contactos normales y los tocamientos impúdicos

* Cómo reconocer las situaciones de abuso

* Cómo decir «no»

* Cómo revelar los abusos a un adulto en el que confíen

Estos programas son eficaces para reforzar los factores de protección frente al abuso sexual en la infancia (por ejemplo, el conocimiento del abuso sexual y los comportamientos protectores), pero no hay pruebas de que reduzcan otros tipos de abusos.

Cuanto antes se producen estas intervenciones en la vida del niño mayores son los beneficios que le pueden aportar a él (por ejemplo, desarrollo cognitivo, competencias conductuales y sociales, logros educacionales) y a la sociedad (por ejemplo, reducción de la delincuencia).

Además, el reconocimiento precoz de los casos y la asistencia continua a las víctimas y sus familias pueden ayudar a reducir la recurrencia del maltrato y a paliar sus consecuencias.

Para maximizar los efectos de la prevención y la atención, la OMS recomienda que las intervenciones se realicen en un marco de salud pública y en cuatro fases:

• Definición del problema

• Identificación de las causas y los factores de riesgo

• Creación y puesta a prueba de intervenciones destinadas a minimizar los factores de riesgo

• Difusión de información sobre la eficacia de las intervenciones y expansión de la aplicación de las intervenciones de eficacia demostrada

La respuesta de la OMS

En colaboración con distintos asociados, la OMS:

• Ofrece orientación técnica y normativa basada en datos científicos para prevenir el maltrato infantil

• Promueve el aumento del apoyo a la prevención del maltrato infantil basada en datos científicos y las inversiones internacionales en esta esfera

• Presta apoyo técnico a los programas de prevención del maltrato infantil basados en datos científicos de varios países de bajos y medianos ingresos.

Fuente: OMS